31 de agosto de 2010

Poesía - Robledal

Quiero ser la ermitaña de un extenso robledal,
haciendo y deshaciendo a mi santa voluntad.

Quiero sentir el viento y las ramas susurrar,
dejar que me divierta tener la libertad.

Bañarme en el río y a las plantas hablar,
oír sus respuestas al viento danzar.

Quererme a mí misma y a los animales cuidar,
observar el cielo en su más naturalidad.
Bailar entre plantas, llorar y cantar; 
vivir felizmente en la eterna soledad.

A causa de la manera que tienen las personas de entrometerse en los asuntos ajenos, ¿no sería mejor contar nuestros secretos al aire? Las plantas, los animales, las nubes, los minerales... No dirán nada. Nunca.

Por eso...

...Mejor olvidémonos de la "
confianza".

No hay comentarios:

Publicar un comentario