Llorar, llorar, llorar...
Llorar esperando un estado que no llegará.
Creía que había conseguido
desprenderme de esos fuertes hilos
que tensaban de mi luz a tu alma
que mi ser tanto y tanto amaba.
Creía haberte apartado
en mi más bello recuerdo
pero presencias cada segundo
de mi por ti apagado pensamiento.
Ya sí acabó todo,
ya sí soy esclava del dolor
pues no veré tu rostro
más que en el recuerdo de mi amor.
Ya no veré tus sonrisas,
tus manos, tu piel, tu color.
Sólo tendré la premisa
de que sin ti, moriré yo.
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