29 de septiembre de 2011

Poesía - Número V

-Bienvenida al infierno- susurra a mi oído
una voz clandestina a las leyes de un hogar,
y siento en mi pecho un intruso torbellino
que no me deja, por momentos, vivir ni respirar.

Me corroe las entrañas agonía depresiva
que a mi alma araña, y sagra mi corazón;
sanguijuela de vidas son palabras altivas
cuando no hay ágora, consenso ni reflexión.

Me siento dentro de una terrible pesadilla
en la que no puedo gritar y despertar;
y sueño mi propio país de maravillas
donde cada historia tiene punto y final.

Aquí cada capítulo me aturde e incita
a juegos ridículos, la micropsia y el té,
mas no es la fantasía bonita la que excita
mi cerebro, sino aquello prohibido que no se
debe comer.

Poesía - Día 7

Soñaba con estar, y ya estoy,
ahora sueño con volver y no he vuelto;
soñaba con olvidarte, y viniste,
soñaba con tenerte... y he muerto.

Poesía - El fin del mundo ya podría llegar tranquilo...

...que al tenerte entre mis brazos nada ya es importante,
solo quiero seguir teniéndote conmigo
abrazado a mi pecho sin pensar en separarte.

Sigue siempre aquí, pues te quiero acariciar,
peinar dulcemente el cabello alborotado,
y dibujar en tu piel la silueta de tu rostro,
de tus brazos, de tu costillas, de tus bellos labios.

Labios de mis sueños, que soñé hoy y ayer,
unos labios que en fantasías con cariño palpé;
labios que deseo, labios que al cielo pedí,
labios que encontré, labios que en distancias vi.

Ya podría el diablo llevarse entera mi alma
que mi corazón seguirá postrado a tu existencia,
y mis sentimientos construyendo besos en el alba
sintiendo lo que siento sin necesidad de abstinencia.

Ya podría el diablo llevarse mi alma entera
que tus ojos seguirán siendo mi religión y ciencia,
amando así tu persona firme y austera
siempre, mientras el día a la noche acontezca.