31 de agosto de 2010

Texto - Palabras del impulso

Agobio. Recuerdos. Pasado. Gritos. Miedos. Presente. Rincones. Futuro.
Discusiones que van y vienen, pero siempre se mantienen; nunca se van definitivamente. Mañana pueden regresar, pasado. Quizás dentro de cinco minutos.

|Ganas de escapar encierro, ganas de salir corriendo|

A veces la evasión que necesito es tan grande que creo volverme loca. Mi cabeza empieza a dar vueltas por los rincones más insólitos del pensamiento, por los más absurdos, aquellos que no te llevarán a ningún destino correcto y que crearán de ti un monstruo momentáneo.
Y camino, camino entre esas palabras vagantes entre mis neuronas, que buscan evacuarse en la envoltura del grito.

-¿Puedo gritar?
-<<Hazlo, si lo necesitas de veras>>
-No puedo, aunque algo aprisiona mi pecho.

La angustia me consume. Cada día soportando el pesar y no saber adónde mirar. Busco sedantes, calmantes, relajantes...

La música puede ayudar a calmar, pero la mayoría de las veces sirve como incentivo psicótico que altera los nervios y empeora el estado.
Y llegan...
...Momentos de apogeo emocional. Cúspide en la que tus pensamientos incesantes se engloban en una misma burbuja que explota, esparciéndose, llenando cada rincón haciéndote recordar lo miserable que llegan a ser algunas cosas.

<<Hay personas en peores condiciones. Aún así, me gustaría no vivir en la locura.>>

Desesperada camino de un extremo a otro de la habitación. La lluvia del exterior me impide ver el sol. Arbitrariamente, pienso en el intenso deseo caprichoso que se profesa en mí: la mejor solución para evadirme de este mundo.

<< Deseo intensamente subir al tejado, envolverme en el humo de una narcótica sustancia, observar el cielo que me cubre y olvidar todo lo que soy por unos instantes.>>

No puedo. Lo deseo, pero mi conciencia me impide llevar a cabo acciones inconscientes.

Los pensamientos se intensifican. Uno encadenado a otro, me llevan a pensar en múltiples temas que afectan el día a día. Mi pecho palpita como caballos en una carrera de aurigas. Mi rostro se contrae, noto como los ojos se empañan y creo poder desahogarme al fin. Mas aun la presión acumulada es tan grande, que todo desahogo es poco.

<< Deseo intensamente abarcar una botella de alto grado alcohólico, correr a la explanada más cercana, tumbarme en el amplio campo, fugarme de mis pensamientos y de estas paredes que me encierran.>>

No puedo.

<<¿Realmente podré hacer algo? Todo eso perjudicaría tanto mi salud... Que soy incapaz de ejecutar tales acciones. Pero verdaderamente lo necesito... >>

Me observo en el espejo. Mi palidez extrema, mis párpados caídos, la coloración amoratada del párpado inferior remarcada por las lágrimas derramadas... Mis labios, dibujando una triste línea caída...
Me observo.

Observo mis delicadas venas. Mi fina piel. Observo el lavabo del baño que hay en la habitación de al lado. Observo mi alrededor. Abro el grifo y miro cómo resbala esa agrupación de gotas por el desagüe. Aprisiono el tapón contra él y dejo que se produzca un cúmulo más o menos intermedio.
Rozo el dedo índice derecho por la muñeca interna contraria en la dirección del decúbito y posteriormente de manera vertical. Regreso a mi habitación y me siento en la cama.

<<No quiero hacerme daño. Pero es el único modo con el que desahogaré mis penas.>>

Empiezo a sollozar y camino lentamente hacia el cajón de mi acomodador. Agarro la cuchilla con la que realizo mis atavíos personales y regreso al baño.

Mi semblante contrariado enmarca la fuente que de mis ojos emana, y siento el dolor penetrar en mí. Sangre arremolinada que se expande colorea el agua, y en ese momento, mis pensamientos enmarañados se vuelven aún más pesimistas y cerrados. <<¿De verdad estoy haciendo esto?>> <<¡Para! ¡No lo vuelvas a hacer!>> <<Moriré por un simple capricho psicótico>>... <<¿Qué he hecho?...>> ... <<¿Qué...?>>... Siento que mi cuerpo no puede mantenerse con naturalidad en pie. Siento como cae sobre sí mismo y mi cabeza da vueltas. Mi vista se enturbia y mis lágrimas desaparecen. Me vuelvo consciente de lo que hice y sólo me queda rezar a seguir viva después de esto y...
...esperar...

<<Mamá, papá, perdonadme. Todos, perdonadme.
"Yo"... perdóname. >>

No quiero que desaparezca de mí nadie que me importe. No quiero desaparecer de entre ellos.

...Desaparecer.

<<Mis impulsos me dominaron; a mí y a muchos otros. Debería haber aprendido a controlar y dosificar completamente las tentaciones. Cuando despierte de mi desmayo, espero volver a sonreír, volver a pensar las cosas dos veces antes de ejecutar cualquier acción>>

Repentinamente abro los ojos, mi madre está delante de mí. Me pregunta qué quiero cenar y obliga a levantarme que llevo media tarde dormida. Al parecer soñé mi suicidio, por las gilipolleces que me pasan por la mente cuando me siento mal... pero que no cometo por ser consciente.

Además, vida sólo hay una, y todo tiene solución salvo la muerte.

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