Los recuerdos permanecerán en nuestra mente hasta el día en que nuestra alma abandone su caparazón.
Las imágenes, los colores, los aromas... son recuerdos que nos hacen estremecernos cuando ya no podemos volverlos a ver, sentir, aspirar...
Uno de los recuerdos que podemos "palpar" es la música. Aquella melodía que nos acompañó en nuestros juegos infantiles o anuncios de televisión de nuestro juguete preferido, aquella canción con la que bailábamos con nuestros amigos, aquella letra que cantábamos en el karaoke... toda, toda la música, nos llena, nos mueve, nos envuelve... y nos endulza el recuerdo.
Cada año, cada mes, o incluso cada día, tiene una música diferente.
Mis veranos e inviernos, mis épocas de instituto o vacaciones, están marcadas con canciones diferentes.
Siempre me pregunto al comienzo de una etapa qué música me acompañará, y a medida que avanza el tiempo la voy descubriendo y atribuyéndola a los sentimientos.
Aún recuerdo el verano anterior, y mejor aún cuando le sumo a esa nostalgia la música que no paraba de oír... De una u otra manera, mi interior, mi mente, mi corazón; regresa al pasado y me siento feliz, aunque más melancólica que nunca.
En este preciso instante oigo una de las canciones que más me marca este verano. Se titula "Cosmic Love", y me transmite gran tristeza...: escuchándola veo mi deseo cumplido, y a veces no evito llorar pues como digo, es un deseo, no una realidad. (¿Por ahora?)
Cuando años después oiga esta canción seguro que lloraré. Bien por transportarme al pasado en el cual era una ingenua joven preocupada por cosas que al final pudieron suceder, y me mofaré de mi ignorancia y estupidez al pensar que no... O en un mal lloraré desconsolada debido a lo tonta que fui al esperanzarme de cosas que nunca llegaron a suceder.
En fin... La música siempre nos acompañará. Nos ayudará a recordar y a sentirnos felices... o no. Ojalá me sienta feliz años después.
Las imágenes, los colores, los aromas... son recuerdos que nos hacen estremecernos cuando ya no podemos volverlos a ver, sentir, aspirar...
Uno de los recuerdos que podemos "palpar" es la música. Aquella melodía que nos acompañó en nuestros juegos infantiles o anuncios de televisión de nuestro juguete preferido, aquella canción con la que bailábamos con nuestros amigos, aquella letra que cantábamos en el karaoke... toda, toda la música, nos llena, nos mueve, nos envuelve... y nos endulza el recuerdo.
Cada año, cada mes, o incluso cada día, tiene una música diferente.
Mis veranos e inviernos, mis épocas de instituto o vacaciones, están marcadas con canciones diferentes.
Siempre me pregunto al comienzo de una etapa qué música me acompañará, y a medida que avanza el tiempo la voy descubriendo y atribuyéndola a los sentimientos.
Aún recuerdo el verano anterior, y mejor aún cuando le sumo a esa nostalgia la música que no paraba de oír... De una u otra manera, mi interior, mi mente, mi corazón; regresa al pasado y me siento feliz, aunque más melancólica que nunca.
En este preciso instante oigo una de las canciones que más me marca este verano. Se titula "Cosmic Love", y me transmite gran tristeza...: escuchándola veo mi deseo cumplido, y a veces no evito llorar pues como digo, es un deseo, no una realidad. (¿Por ahora?)
Cuando años después oiga esta canción seguro que lloraré. Bien por transportarme al pasado en el cual era una ingenua joven preocupada por cosas que al final pudieron suceder, y me mofaré de mi ignorancia y estupidez al pensar que no... O en un mal lloraré desconsolada debido a lo tonta que fui al esperanzarme de cosas que nunca llegaron a suceder.
En fin... La música siempre nos acompañará. Nos ayudará a recordar y a sentirnos felices... o no. Ojalá me sienta feliz años después.
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