El tiempo avanza cambiando nuestras circunstancias, que, siendo nuestras, nos arrastran hacia el futuro.
Los acontecimientos pasados hicieron que el destino uniera nuestros caminos, yuxtaponiéndose para continuar por uno solo en un momento irónico para ambos: la feria. Odiamos este festejo y aún así fuimos, nos encontramos, nos conocimos, y esa noche hablamos de aquellas cosas que realmente nos gustan sorprendiéndonos de ser en cierto modo similares.
Por aquel entonces pasaba de esas similitudes como algo sublime, como algo coincidente y rallante; por aquel entonces sólo tenía un deseo que pronto descubrirías. Y a pesar de estar ahí rallando y amargando hasta hace realmente poco, he de admitir que lo que la vida me ha dado lo acojo con ganas, y que ese deseo, poco a poco fue consumiéndose para ser solamente parte del doloroso aun bonito pasado y tener con ese recuerdo un presente tranquilo.
Hablábamos muchas veces del destino y estabas seguro de que nos unió; yo no opinaba lo mismo de la misma manera pero ahora, puedo creer que sí. Viniste para sacarme de mi abismo poco a poco, para que, con las cosas que amas y odias, me hiciera mirarte con otros ojos al opinar como tú. Es obvio, o eso creo, que en el futuro pueden existir momentos en los que mire atrás con anhelo, a ese “atrás” que no queremos recordar y que me hizo saber por primera vez lo que era sufrir con las emociones. Desde entonces, sé que compraría un camión de emociones para vender felicidad y comprar la amargura, guardarla y destruirla. Pero aunque sea obvio, no hay de qué preocuparse. Le mantendré en mí como una amistad que siempre conservaré con sumo aprecio y no como un frustrado amor.
Anoche, con lo de respetuoso, me refería a que eres demasiado bueno conmigo, puesto que jamás he recibido desdén, palos o ironía por tu parte sino todo lo contrario: respeto, cariño, perdón, constancia… Cualquier persona similar a mí desearía tener una pareja como tú, una persona así de atenta y paciente que mire tantísimo por su acompañante. Digo similar a mí por nuestra personalidad, aquellas cosas que nos gustan y odiamos y que nos hace congeniar.
Mereces la felicidad, y espero poder proporcionártela tal y como la necesites. Espero hacerte feliz, muy feliz.
Y cómo no escribo por la noche. La vigilia y el insomnio son los mejores incentivos para la escritura, y tras pasar el día junto a ti, he visto necesario decirte estas cosas, aunque las sepas ya. Me cuesta tantísimo decirte todo a la cara, actuar de manera muy cariñosa… A veces tengo las ganas de hacerlo pero no puedo, algo me lo impide, como anoche… Le di millones de vueltas antes de decirte simplemente que por qué eres respetuoso y bueno… y conmigo, y otras millones antes de decirte que te quiero justo cuando mi padre vino. Quiero a veces decirlo en momentos esporádicos, pero, no puedo. No soy capaz de dejar ver mi interior. Espero poco a poco destruir mi estúpida barrera porque, a pesar de construirla para evitar daños, no es perjudicial demostrar amor a las personas que realmente me quieren. Lo siento.
Estaba esperando para escribirte un mensaje así en una fecha especial, pero ha surgido ahora y no he podido esperar. Pronto hacemos siete meses, así que, tampoco es adelantar demasiado una cosa especial xDD
Te amo.
Y siento el daño que he podido causarte.
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