Ahí me haría yo un corte, que llegara hasta mis entrañas
brazo débil y piel fina, vena azul y delicada;
explota mi cerebro, revienta mi desolada alma;
enjaulada sin vida me hallo en esta maldita casa.
¡Socorro! Ansío que penetre el aire en mis pulmones
que haga emanar el oxígeno por mis tiernas venas;
cese el resonar ametrallador de los violines
que hace desgarrones de mi acuchillada conciencia.
Los árboles mueren y la vida se me resiente,
desaparezco y el diablo se ríe a mis espaldas
y mis ojos, perdidos, dejan caer unas lágrimas
que alimentan el sucio dolor de mi infierno ardiente.
¡Oh!, maraña de edificios que me salvaguarda
que entre sueños y aspiraciones mi vida aguarda,
un deseo: el tiempo, que tan sólo quiso una niña
fructificar y gozar, aun entre voces y riñas.
con palabras, gritos, tecleo, flashes, risas, aplausos, pases de hoja; la cucharilla removiendo un café, el sonido suave del auricular en la distancia...
18 de julio de 2011
12 de julio de 2011
Poesía - Día 11
Hoy yazco en los cielos, mañana lo haré en mis infiernos,
experimento altibajos cual balancín astral soy;
tu voz me decepciona cuando escapa de mis sueños
y presencia inexistente entre mis recuerdos del hoy.
No te tengo en ningún lugar: ni ahora, ni ayer ni mañana;
vives ufano tus días mientras yo me ahogo en mis lágrimas;
tu existencia entorpece mi vida, de dulce la torna ácida
pues tu ausencia es antojadiza y en breve consume mi ánima.
Quiero que me quieras como siempre he pretendido
o bien decepcióname como nunca he querido:
confío en tus palabras y en tu bella existencia;
ámame, u ódiame pero aparta tu presencia.
Hoy vivo entre mis gritos, mañana en el silencio;
tapaderas de la corroyente herida me construyo;
si me vienes con simpatía a la luz sucede un cencio
que augura que este amor será siempre tuyo.
Requiero que el destino obedezca mis plegarias,
hacerme del amor preparada boticaria;
mi cabeza está cansada y mi corazón abatido,
por favor, ódiame y condúceme al olvido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)